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lunes, 19 de septiembre de 2011

Barrabass

El nuevo testamento específicamente los cuatro evangelios autorizados por la tradición cristiana y los concilios cristianos dan a Barrabas una función de antítesis de Jesús eso hace una referencia parabólica a este personajes no existen fuentes históricas paralelas a los evangelios que haga mención a tal personaje es por ello que el mencionado Barrabas sea una infiltración para limpiar de culpa al imperio romano por otro lado historiadores judíos como Joséfo que es relacionado como un historiador romanizado en ningún de sus escritos con respecto a la crucifixión hace mención al tal Barrabas otras fuente tanto judías como cristianas y partianas hablan de que ha Jesús se le llamaba En arameo, Bar Abba o Barrabás ( בר-אבא) significa "hijo del padre". Hyam Maccoby, especializado en el estudio de la tradición religiosa cristiana y judía, ha propuesto la teoría de que Bar Abba era el apodo que daban a Jesús, que comenzaba siempre sus oraciones con la palabra Abba, "Padre", mientras que el uso de "barabbas" o "Bar-abbas" no parece haber sido un nombre común en dicha época. Según esta hipótesis, cuando la multitud en La matanza exigió a Pilato que diera libertad a "Bar Abba" (Barrabás) era la libertad del mismo Jesús la que pedían.
La teoría recibe muy fuerte apoyo de manuscritos provenientes de Cesarea, del Sinaí, de Siria, etc., y de algunos manuscritos usados por Orígenes. Dichos manuscritos llaman al supuesto "Barrabás" Iesous Ton Barabban, es decir Jesus Bar Abba o Jesús Hijo del Padre.
Otro aspecto conflictivo es la costumbre mencionada en los evangelios de liberar a un prisionero durante la Pascua. Los mismos no están de acuerdo en si era una costumbre hebrea o romana, pero en ninguno de los dos casos se encontraron otros registros históricos que confirmaran la existencia de dicha costumbre. Los registros históricos que se poseen sobre Poncio Pilatos muestran un desprecio por la tierra en donde gobernaba, que consideraba una provincia menor del Imperio romano, y la posibilidad de que honrara una tradición judía sería remota. Podría ser posible que Pilatos creara en el momento una supuesta tradición como excusa para no crucificar a un líder popular y no exponerse a motivar rebeliones, pero los evangelios no lo retratan como si tuviera la situación bajo control.
Existen varias lecturas sobre los posibles motivos por los que Jesús y Barrabás, de haber sido la misma persona, habrían terminado siendo dos diferentes. Una interpretación plantea que habría sido responsabilidad de elementos antisemitas en la iglesia, que al dirigir la petición de libertad hacia una persona retratada como reprobable coloca en el judaísmo la responsabilidad por la crucifixión.
Es posible también que la historia se retratara así para retirar la culpa del Imperio romano por los eventos. Esto último se habría hecho para facilitar la introducción del cristianismo entre los romanos, ya que de otra forma para un romano aceptar que Jesús fuera el mesías implicaría aceptar también que el Imperio habría matado al hijo de Dios. La traición de Judas serviría también como elemento para redirigir la culpa.
También podría haberse tratado de un error de traducción. La multitud podría haber pedido la liberación de "Jesús Barrabás" (bar-Abba en arameo, "hijo del padre"), y Pilatos habría rechazado la aclamación popular. Cuando la historia fue traducida a otros idiomas, los traductores podrían no haber dominado el idioma arameo: la petición de liberación habría permanecido, pero Barrabás habría pasado en el proceso a ser una persona diferente. En este sentido, debe señalarse que muy poco tiempo antes, quizás menos de una semana, otra multitud compuesta de seguramente las mismas personas había aclamado a Jesús a su entrada a la ciudad.
Algunos estudiosos consideran también la posibilidad de que toda la situación respecto de Barrabás no habría ocurrido realmente, sino que sería un añadido literario a la historia, para constituir una parábola. Se indica que la elección entre uno u otro prisionero, si es retirada de la historia, no altera el curso de los acontecimientos. En este caso, la historia habría estado presente en los textos originales en arameo, antes de su traducción al griego.
Un posible motivo para añadir a Barrabás habría sido el de crear una contrafigura opuesta a Jesús, que estaría preso por alzarse violentamente en contra del Imperio romano, mientras que Jesús rechaza por completo la violencia y predica el dar la otra mejilla. La situación obligaría al lector, o al oyente, a tomar partido por uno u otro, y decidir qué forma de proceder es realmente la que se corresponde con Dios. Esta opción, haría de Barrabás el mesías guerrero que algunos judíos esperaban, un zelote, para que los librase de los romanos, prefieriendole al mesías pacífico, Jesús de Nazaret.
Barrabás podría ser también una alegoría de la humanidad. La liberación del pecador Barrabás podría representar la liberación de la humanidad del pecado original de Adán que tuvo lugar con la crucifixión de Jesús.
BARRABAS EN LA BIBLIA (NUEVO TESTAMENTO )
Ya hemos escuchado su nombre muchas veces. Lo vemos en películas relacionadas con Jesús. Cuando llega el día de crucifixión ahí está junto con Jesús. Su nombre es Barrabás. Barrabás era un criminal, responsable de alborotamiento, asesinato y robo. Era un asesino. Es así como lo llama Pedro en Hechos 3:14. La pena para ese crimen era la muerte. El nombre de Barrabás está compuesto por “Bar” que significa hijo y “abass” que significa padre. Era “hijo de un padre” esto es, un hijo de alguien. Aquí esta por lo tanto con Jesús ante Pilato. Por un lado, el inocente, Jesucristo el Hijo de Dios. No se encontró mal alguno en él. Andaba haciendo el bien y sanando a la gente. Y ahora estaba al borde de la muerte. Por otro lado, un asesino, un criminal que estaba condenado a muerte. Uno de los dos va a ir a dar a la cruz y Barrabás tiene todos los motivos para estar ahí. La cruz es su final normal. Pero vamos a leer el pasaje de Lucas 23:13:25:

Lucas 23:13-25
“Entonces Pilato, convocando a los principales sacerdotes, a los gobernantes, y al pueblo, les dijo: Me habéis presentado a éste como un hombre que perturba al pueblo; pero habiéndole interrogado yo delante de vosotros, no he hallado en este hombre delito alguno de aquellos de que le acusáis. Y ni aun Herodes, porque os remití a él; y he aquí, nada digno de muerte ha hecho este hombre. Le soltaré, pues, después de castigarle. Y tenía necesidad de soltarles uno en cada fiesta. Mas toda la multitud dio voces a una, diciendo: Fuera con éste, y ¡suéltanos a Barrabás! Este había sido echado en la cárcel por sedición en la ciudad, y por un homicidio. Les habló otra vez Pilato, queriendo soltar a Jesús; pero ellos volvieron a dar voces, diciendo: ¡Crucifícale, crucifícale! Él les dijo por tercera vez: ¿Pues qué mal ha hecho éste? Ningún delito digno de muerte he hallado en él; le castigaré, pues, y le soltaré. Mas ellos instaban a grandes voces, pidiendo que fuese crucificado. Y las voces de ellos y de los principales sacerdotes prevalecieron. Entonces Pilato sentenció que se hiciese lo que ellos pedían; y les soltó a aquel que había sido echado en la cárcel por sedición y homicidio, a quien habían pedido; y entregó a Jesús a la voluntad de ellos.”

Jesús fue entregado para ser crucificado y Barrabás ¡fue puesto en libertad! El inocente fue a la cruz en lugar del culpable. Pero como quiera, ¿quién es ese Barrabás? Te voy a decir. Es tu y yo. En la persona de Barrabás estamos todos nosotros. Todos nosotros los que “hemos pecado y estamos destituidos de la gloria de Dios” (Romanos 3:23). Todos nosotros fuimos condenados. Todos nosotros nos merecíamos ir a la cruz y estábamos destinados al lago de fuego. Pero aquí viene Jesucristo, el inocente cordero, el cordero de Dios y el que toma el lugar de Barrabás. Barrabás quedó libre. Tu y yo fuimos puesto en libertad y ahora ¡somos libres! Ve como la Palabra lo describe en Efesios 2:1-10:
Efesios 2:1-10
“Y él os dio vida a vosotros, cuando estabais muertos en vuestros delitos y pecados, en los cuales anduvisteis en otro tiempo, siguiendo la corriente de este mundo, conforme al príncipe de la potestad del aire, el espíritu que ahora opera en los hijos de desobediencia, entre los cuales también todos nosotros vivimos en otro tiempo en los deseos de nuestra carne, haciendo la voluntad de la carne y de los pensamientos, y éramos por naturaleza hijos de ira, lo mismo que los demás. Pero Dios, que es rico en misericordia, por su gran amor con que nos amó, aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo (por gracia sois salvos), y juntamente con él nos resucitó, y asimismo nos hizo sentar en los lugares celestiales con Cristo Jesús, para mostrar en los siglos venideros las abundantes riquezas de su gracia en su bondad para con nosotros en Cristo Jesús. Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe. Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas.”
Estábamos muertos en pecado e iniquidades y Dios ¡nos pasó a Cristo! ¡Nos dio nueva vida! Yo creo que Dios pudo haber involucrado a Barrabás en la escena de la crucifixión para demostrar su amor: La vida de Barrabás se salvó mediante la muerte de Jesucristo. Estaba condenado a muerte, así como tu y yo estábamos muertos en pecados e iniquidades. ¡La cruz estaba hecha para él! Pero ahora su vida había sido perdonada por el sacrificio de Jesucristo. Si Jesús no hubiera sido “obediente hasta la muerte, aun la muerte de cruz” (Filipenses 2:8) Barrabás hubiera muerto ese día. De igual modo es que tu y yo a través de la obediencia de Jesucristo y el amor del Padre, creyendo en Jesucristo como Señor e Hijo de Dios, pasamos de muerte a vida. De hijos de ira a hijos de Dios.
Gálatas 3:26
“pues todos sois hijos de Dios por la fe en Cristo Jesús;”
De esclavos del pecado a miembros del reino de Su querido Hijo:
Colosenses 1:12-14
“con gozo dando gracias al Padre que nos hizo aptos para participar de la herencia de los santos en luz; el cual nos ha librado de la potestad de las tinieblas, y trasladado al reino de su amado Hijo, en quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados.”
No sé que le pasó a Barrabás después. Pero sí sé algo: la próxima vez que lea los pasajes de la crucifixión o vea alguna actuación de ellos, sabré que yo estaba como él, muerto en pecados e iniquidades, destinado a la cruz, y exactamente como él yo fui liberado y puesto en libertad mediante el sacrificio de Jesucristo quien tomó no solo el lugar de Barrabás en la cruz sino también el nuestro. Si no le has entregado aun tu vida a Jesucristo, si aun no has probado la dulce libertad que Él hizo posible para ti con Su muerte, te motivaría a que así lo hicieras. ¡Deja que Él te liberte! Como la Biblia dice:
Romanos 10:9-10
“que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo. Porque con el corazón se cree para justicia, pero con la boca se confiesa para salvación.”
No vas a ser salvo por las obras buenas que hagas, sino por la fe en el Señor Jesucristo y Su resurrección. Y así como Él salvó la vida de Barrabás de la muerte de cruz, así como salvó mi vida y billones de otras vidas de estar muertos en pecados e iniquidades, también te salvará a ti. No te tardes, ¡entrégale tu vida hoy.

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